La conformación morfológica de los animales domésticos ha sido desde siempre un tema de gran interés por parte del hombre; en un principio se basó en criterios puramente estéticos pero posteriormente se le fue prestando una atención especial a los aspectos morfológicos vinculados a la función productiva de los animales.
Si bien ambos puntos de vista se centran en la morfología del animal, cada uno de ellos tiene un objetivo diferente. El criterio estético realza la pureza y la armonía entre las distintas regiones corporales del ejemplar mientras que el criterio funcional persigue la conformación que mejor se adapta a las exigencias productivas que se ven sometidos los animales.
Bajo estos dos puntos de vista, es importante marcar las diferencias existentes entre juzgar y calificar.
Las ferias y exposiciones de animales son acontecimientos en que se premian a los mejores ejemplares de las razas expuestas. Los jueces son los encargados de realizar esta tarea, por lo cual son grandes conocedores de las razas a las cuales juzgan. Su labor se basa en la comparación entre los animales, analizando detenidamente la fidelidad al prototipo racial y la armonía entre las distintas regiones corporales. Como resultado de esta comparativa se le concede el premio al ejemplar que, según el criterio personal de los jueces actuantes, se aproxima más al “ideal” de la raza.
En la calificación lineal el objetivo no es determinar cuál es el ejemplar que más se asemeja al ideal morfológico de su raza, sino que busca recoger información objetiva sobre cómo se expresan en cada animal los caracteres morfológicos-funcionales y a partir de esta información proceder a evaluar genéticamente los reproductores de la misma forma en que los controles lecheros se utilizan para estimar los valores genéticos para la producción de leche, de grasa o de proteína.
¿En qué consiste la Calificación lineal?
El principio sobre el cual se basa la calificación lineal es muy sencillo. Todos los caracteres morfológicos presentan una variabilidad en su expresión que está limitada por su mínima y su máxima manifestación. Entre ambos extremos encontramos todas las expresiones posibles del carácter morfológico en su transición de su mínima a su máxima expresión.
La calificación lineal busca recoger esa variabilidad presente en los caracteres morfológicos-funcionales expresada por medio de una escala de puntos que refleje lo que el calificador está observando en cada animal que califica.
El rango de la escala de puntos empleada ha de ser lo suficientemente amplia para que queden manifiestas esas diferencias individuales en los distintos caracteres incluidos en el sistema de Calificación lineal. Una escala del 1 al 9 ha demostrado ser lo suficientemente amplia como para que esas diferencias queden marcadas.
Cinco son las claves para la calificación lineal:
1.- La calificación lineal debe limitarse a los caracteres morfológicos vinculados a características que afecten la longevidad productiva y/o hagan más funcional al animal; en las cabras lecheras un ejemplo de estos caracteres morfológicos serían aquellos que determinan la adaptabilidad al ordeño mecánico.
2.- Los caracteres a calificar han de estar bien definidos y ser de fácil apreciación de tal forma que la subjetividad que pueda darse entre calificadores sea mínima.
3.- El objetivo final de esta calificación es la mejora genética de los caracteres incluidos en el sistema, por lo cual los caracteres calificables han de tener una base genética importante que asegure su transmisión a las siguientes generaciones.
4.- El calificador ha de ser un conocedor de la raza, pues esto asegura que tenga identificados cuales son los extremos y el rango de variabilidad de cada uno de los caracteres morfológicos que ha de calificar en los animales.
5.- En ningún momento la calificación de un carácter se hará en función si se aproxima más o menos a su conformación considerada ideal. Solo se buscará traducir la expresión del carácter al valor de la escala de puntos que mejor se ajuste a la realidad.
Veamos ahora cómo se califica linealmente un carácter, por ejemplo el tamaño de pezones.
El tamaño de los pezones es un carácter importante pues influye tanto en lo que es la adaptabilidad a la máquina de ordeño como en el estado sanitario de la ubre. Estos hechos justifican la inclusión del tamaño de pezones en un sistema de calificación lineal para una raza de aptitud lechera.
En un grupo de cabras lo suficientemente grande nos encontraremos con animales que tendrán pezones muy pequeños, otras en las que veremos toda la escala de pezones de tamaños intermedios hasta llegar a encontrar cabras con pezones excesivamente grandes.
En la siguiente serie de imágenes vemos tres pezones que ejemplarizan lo que se pueden considerar como pezón pequeño, intermedio y grande.
Al momento de calificar el pezón pequeño le asignaremos un valor de la escala del 1 al 9 que mejor represente cual es su tamaño. Lo mismo haremos con el pezón intermedio y con el grande.
En función de ello las calificaciones de estos tres pezones serían las siguientes:
Como se puede ver al momento de calificar con una escala lineal:
- se logra hacer una buena “traducción” del tamaño del pezón a una puntuación numérica que marca las diferencias entre los animales.
- a partir de la calificación alguien que conozca el sistema puede hacerse una buena idea de cómo es el carácter sin estar viendo al animal.
- no se pierde información en comparación a los sistemas de valoración morfológica que comparan en relación al ideal pues en la escala de puntos queda bien reflejada toda la variabilidad presente en cada carácter y esto es ideal cuando se quiere hacer una mejora genética de los caracteres morfológico-funcionales.
En la próxima entrega hablaremos sobre la necesidad de comenzar a incluir el sistema de calificación lineal en el esquema de selección de la raza Majorera.
Dr. Gabriel Fernández de Sierra.
Director del Esquema de selección de la raza Majorera