La selección se define como el mecanismo de reproducción diferencial por el cual los animales genéticamente superiores dejan una mayor presencia de descendencias en la siguiente generación. Por ello la identificación de los animales genéticamente superiores es la primera etapa de selección.
Los caracteres productivos como la cantidad de leche, de grasa o proteína, están regulados por varios genes y su expresión es el resultado del efecto individual de dichos genes más los efectos de origen no genéticos que condicionan la producción y dificultan la identificación de los animales genéticamente buenos.
La evaluación genética permite, por medio de metodologías estadísticas, remover los efectos no genéticos que afectan a los caracteres objeto de mejora.
Una vez eliminada dicha interferencia, se obtienen los valores genéticos para cada animal participante y todos pasan a ser comparables entre sí y los ejemplares genéticamente superiores son identificados.
Los valores genéticos estimados van acompañados de su precisión, la cual es una medida de la confiabilidad con la cual se calcularon los valores genéticos.
La precisión se expresa en una escala de 0 a 1 siendo más confiables las precisiones próximas a 1.
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